La fruta de mangostán
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El mangostán es una fruta originaria del sureste asiático, y aunque ha existido desde hace miles de años, no es muy conocida en el mundo. Tiene el tamaño de una mandarina, presenta una pulpa blanca dulce y una cáscara color púrpura oscura.
La fruta entera ha sido muy venerada por su rico sabor; pero sus propiedades nutritivas la hacen doblemente sorprendente. El pericarpio del mangostán (también conocido como piel o cáscara) no se desperdicia, porque en él se encuentran las numerosas propiedades beneficiosas de la fruta.
La garcinia mangostana, como la ciencia la denomina, contiene una concentración muy alta de fitonutrientes, denominados Xantonas, que son los más poderosos antioxidantes de la naturaleza (mucho más poderosos que las vitaminas “E” y “C”). Se encargan de combatir los radicales libres (responsables de la oxidación y del deterioro de las células) por lo que previenen enfermedades y el envejecimiento.
La fruta entera del mangostán ha sido utilizada por los practicantes de la medicina asiática durante siglos para tratar a la gente de manera localizada e interna, debido a sus innumerables propiedades curativas. Se usaba colocando directamente la cáscara sobre la piel o dejándola en agua toda la noche y bebiendo el té de mangostán resultante.
La ciencia moderna apenas ha comenzado a entender y a explicar por qué la cáscara de la fruta de mangostán ha sido tan venerada durante siglos. Sin embargo, se sabe que para obtener los beneficios completos y el impacto nutritivo de la fruta del mangostán, se debe consumir la fruta entera, como se ha consumido durante más de miles de años.
Los científicos continúan descubriendo propiedades valiosas y ya han identificado varios fotoquímicos activos en la fruta, incluyendo:

*      39 xantonas diferentes – estos potentes fitonutrientes demuestran propiedades únicas que son valiosas para la salud.

*      catequinas – la cáscara de mangostán ha demostrado tener el mismo nivel de esta sustancia activa que el té verde.

*      proantocianidinas – que poseen las mismas propiedades que se le atribuyen al extracto de semillas de uva, las proantocianidinas se encuentran en cantidades efectivas en toda la fruta de mangostán.